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Estimado Gex,
me ha tocado usted la fibra sensible al ponerme como ejemplo de, diríamos, madurez literaria o, simplemente, capacidad literaria el hecho de haber sido guoinista del culebrón Cristal y de ser finalista del premio Planeta.
Le explico: así como Verso es cinéfilo -afición que comparto con él plenamente desde mi más tierna infancia-, resulta que soy además bibliómana, o sea, que devoro libros como si fueran comida y puedo decirle varias cosas al respecto ya que, además, he tenido excelentes profesores de Literatura y me precio de ser amiga de algún que otro escritor y expertos en dicha materia, amén de lectora empedernida de clásicos y sufridora de escritores de fama y prestigio que son tertulianos y/o columnistas, y de repente, se vuelven escritores.
Ser finalista del premio Planeta más que un mérito es una vergüenza, porque de todos es sabido -se ha denunciado en prensa y en todos los medios por parte de escritores que han recibido la "oferta"- que el finalista y el ganador se encargan y se sabe con meses de antemano quién va a ser el afortunado ganador y el igualmente afortunado finalista. El premio Planeta es un espectáculo pseudocultural ad maiorem gloriam del dueño de la editorial que vende libros a puñados publicitados en parte a costa del Estado que le da un barniz "oficialista" al meter en la cena a los ministros de Cultura del partido que gobierne.
Leí, porque me lo prestaron -en mi filosofía entra no dar un euro para Planeta, Alfaguara o Seix Barral- el dichoso libro -Villa Diamante- y puedo asegurar que un adolescente educado en letras y algo listo escribe mejor. Está mal construido en trama, en personajes -son todos Boris Izaguirre comportándose como Boris Izaguirre-, en ambientación -que resulta repetitiva ad nauseam en su pretendido glamour que no es más que puro horterismo y es, en definitiva un pésimo libro que no vale lo que cuesta el papel con el que lo imprimen. Se lo digo así de clara y radicalmente.
Por otra parte, Oscar Wilde, aparte de homosexual -o bisexual, porque estuvo casado y tuvo dos hijos hasta que dejó todo trato con mujeres- y famoso sodomita por sus relaciones con Lord Alfred Douglas, comidilla del Londres victoriano, ha escrito Literatura con mayúsculas. El retrato de Dorian Gray es una obra maestra de la literatura, una gran novela, cosa que no le sucede ni por casualidad a Villa Diamante y me juego lo que usted quiera, caballero. Obras como El abanico de Lady Windermere, El Fantasma de Canterville o La importancia de llamarse Ernesto son comedias inigualables. tienen trama, personajes, ironía, socarronería, ambientación, desenlace...en fin, todo lo que necesita un texto escrito para llamarse Literatura.
En definitiva, que no son comparables y no es una cuestión de perspectiva temporal. Es que Wilde era un gran escritor e Izaguirre un mero oportunista juntaletras que el tiempo borrará de todos los archivos -salvo de las colecciones encuadernadas en símil piel con toda la colección de los Planeta, que en sus inicios tenía dignidad pero la perdió a partir de los años 70-.
Y respecto a lo de los quince porros...lo dejo elucubrando, caballero ;-)
Un saludo,
A. De Bacle
PD: El que me refiera a ti como usted no es más que un juego pseudoliterario, no es que te haya escrito mosqueada ni nada parecido. Conste en acta :P
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If moderation is a fault, then indifference is a crime. |
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Contexto
L85: gex Página: 3
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