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Hola, voy a contaros mi vida.
Siempre he sentido una enorme e impulsiva fascinación por todos los seres vivos, a excepción de los humanos. Cuando digo siempre, es siempre; ya en el jardín de infancia mi más profundo deseo era poder llevarme a casa todos los artrópodos que encontraba y criarlos para siempre en una caja; deseo que mi madre frustraba porque el único animal que podía entrar en casa era mi perro. Cuando iba a alguna tienda de animales, directamente entraba en éxtasis; en cuanto empecé a aprender a leer comenzó mi voraz adquisición de una larga colección sobre libros temáticos de animales (los cuales aún conservo en mi estantería).
Mi novia se burla de mí y me dice que estoy traumatizado por haber crecido en un piso, en una ciudad (ella lo hizo en un chalet, con caballos, ponis, tortugas, peces, gallinas, pavos reales, perros, gatos...), pero no es cierto; todos los fines de semana, todos los veranos, y todas las vacaciones las pasaba en los chalets de mis abuelos con muchos animalitos (aunque no tantos como ella), y además: ¿acaso todas las personas que se han criado en una ciudad sienten lo mismo?.
Y aunque nunca me gustó nada ese cliché, la verdad es que, como digo, desde el jardín de infancia, mi etiqueta para el mundo era "el chico de los bichos y los animales"; algo que pasó de colegio en colegio y perduró desde los 4 hasta los 11 años, donde "bichos y animales" se cambió por "ordenadores". Hay muchas y muy divertidas aventuras y anécdotas que podría contar sobre las situaciones que viví por esta afición irracional; aunque también guardo algunas muy desagradables que aún cuando me acuerdo me enervan y me joden la existencia.
El caso es que hace unos 7 años conseguí con mucho esfuerzo rebajar la política de "animales en casa" de mis padres. Como ya era más mayor y presuntamente más responsable... pues bueno, me compré un acuario de 96L y empecé con la acuariofilia.
Aparte de los animales, siento otra fuerte atracción desmesurada hacia el agua. Me encanta el agua en todas sus formas; amo ir por el campo y encontrarme una charca, un riachuelo... y si es un río grande o un pantano ya es una experiencia orgásmica. Otro de mis deseos frustrados de la infancia fue tener una fuentecita de agua de esas que simulan ser una fuente de pueblo o un pozo; recuerdo que en navidad me encantaba ir a ver belenes porque algunos tenían algunas de estas fuentes o incluso pequeños ríos; me hacían temblar de la emoción.
Un acuario fusiona esas dos pasiones de forma perfecta. Me informé todo lo que pude sobre los tipos de acuario, los ciclos biológicos que se desarrollaban y qué debía hacer para que todas y cada una de las pequeñas piezas de ese ecosistema casi cerrado se mantuviese en equilibrio con el resto. Probé muchos peces, recreé muchos biotopos, incluso langostas, ranas, tritones... pero al final me enamoré de los globos.
Traté hace unos años de comprarme un acuario de 200L, pero mi mesa no podía soportar tanto peso y corría el riesgo de venirse abajo :(
Con Discos nunca me atreví, supongo que mi acuario era demasiado pequeño para una población decente que además es muy sensible, pero sobretodo, eran demasiado caros (los Discos más bonitos pasan de 60 euros la unidad, ¡cómo para que luego algo salga mal y la palmen todos!).
Algún día, si consigo comprarme una casa (xD), espero hacerme un gran acuario de obra. Será espectacular! :)
Sobre las ecoesferas: Las he visto anunciadas muchas veces en DiscoveryChannel, pero creo que sólo se venden por pedido. Si las tuvieran en una tienda física a la que pudiera ir yo... seguramente tendría una. Parecen interesantes.
Lo que no sé es si están completamente cerradas (de forma hermética), porque si no es así ya son un poco ñora (por mucho que no tengas que echar comida). |