Una vez más estamos frente al ordenador, notamos como el fondo oscuro de la pantalla contrasta con el brillo de las letras, estamos en el mismo bando. A estas alturas yo sé que vosotros sabéis que todos sabemos que necesito ayuda seria y urgente con esto de la realidad.

Preguntadme qué entiendo por vivir y os diré que es ofrecer la dicha que arrebato a las sombras cada día, pero ¿qué hacer cuando la vida inorgánica resulta ya imposible?

Qué es más noble al espíritu:
- ¿sufrir los golpes y dardos de la airada suerte, los escarnios del mundo, la injusticia del opresor, la afrenta del soberbio, del amor desairado las angustias, el estorbo de las leyes, la insolencia del cargo y los desprecios que al mérito le ofrece el hombre indigno, la desaprensiva vocación de acupuntora emocional de quien trata de reventar mi burbuja de paz atravesándola con frases cargadas de alfileres, la alucinación consensuada en que vive la humanidad, anclada en el engranaje vertiginoso, dando vueltas como una rueda más, perdiendo la identidad personal...
- o dejar perpleja nuestra voluntad y atrás los males que ya tenemos, para volar a otros que me son, en verdad, arriesgados y desconocidos, pero míos?

Y así despistar a la conciencia que hace de todos unos cobardes.
Y así desafiar los presagios, para que el natural color de la resolución no se desvanezca bajo el pálido tinte de la idea.
Y así impedir que las empresas de vigor y empeño tuerzan su curso, teniendo ahora nombre de acción.
Rememoro el big bang a cada instante.

"Nunca vas a conseguirlo" es la frase que más amo. Sé lo que quiero y sé cómo conseguirlo. Estoy convencido de que más pronto que tarde acabaré meciéndome en mi ego a metro y medio sobre el suelo con una sonrisa de satisfacción que me dé la vuelta a la cara, acompañado de mis dos compañeros con historias que contar hasta el amanecer. Más unidos que ayer.

Si ha de ser ahora, no está por venir.
Si no está por venir, habrá de ser ahora.
Si no ha de ser ahora, vendrá de todos modos.
Todo es estar dispuesto. Pues que nadie posee aquello que abandona, ¿qué más da abandonarlo antes? Sea como fuere, el miedo y la duda son ilusiones.

Si yo tuviera la facultad de levantaros a todos la tapa de los sesos, metería dentro un papelito que dijese "el orden natural no es natural". Porque definir el matrimonio, la jerarquía, la monarquía y todo lo demás como orden natural, permite inmediatamente perseguir como antinaturales o aberrantes a todo el que no está de acuerdo. No, no me aceptéis esa trampa del orden natural, pues podemos modificarlo.

Es algo en lo que suelo pensar porque soy básicamente un entusiasta de la libertad, del pensamiento original, del determinismo personal, de Ignatius Reilly. Por eso digo que rememoro el big bang a cada instante. La realidad se le escapa entre las manos a nuestro tiempo. La inautenticidad del espectáculo arrinconó a la dialéctica del sentido. Quizás algún día descubramos que no hemos estado colocando las piezas en su debido lugar y, cuando las coloquemos bien, parecerá tan obvio que nos preguntaremos por qué no se nos había ocurrido colocarlas así mucho antes.



De vuelta a Alicante, de vuelta a Log85. Lo primero es lo primero, y si hay que fenecer por sobreexposición metafísico-literaria, se fenece, que para eso estamos.

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