Cada encuentro con ella era una resurrección:
- Buenas noches - Mentí, sonriendo a esos ojos imantados en los que aún siento caer profundamente dentro de mí todo el amor que habían alcanzado a reunir. ¿O debería decir adiós? Callé, en el mismo idioma que los instintos se transmiten generación tras generación.

Por unos minutos llegué a pensar que quizá no hubiera mentido, hasta que me enfrenté a:
- Sin ti no tengo razones para seguir perpetuando este error, porque el propósito real de mi vida es sólo sacarme de este caduco paso en falso hacia la sagrada paz de la inexistencia.

No fui consciente del temor que me causaban sus palabras hasta unas horas después. Supuse que el mundo onírico en que acababa de sumirse representaba para ella un placebo, un bálsamo imponderable para aplacar las agresiones de su enfermedad. Pero, mientras dormía, imaginé que mis trémulos brazos rodeando su cansado cuerpo eran los gemelos Hipnos y Tánatos en el momento de acogerle en su tálamo eterno. Indudablemente si hay algo que quiero hacer es morir mientras duermo, porque nunca sabré si es sueño o realidad.

Las personas se conocen en momentos diferentes a aquél en que se ven por primera vez, y la transición del conocimiento corporal al existencial me es a menudo infranqueable. Es por eso que, a pesar de ser el único joven en la ciudad que conoce el mayor secreto de esta chica, no sé cómo afrontarlo, porque no conozco a la portadora del mismo.

Hoy ha vuelto a repetírmelo, entre desangelada y exigente, una delgada línea separa lo más bonito que me puede decir y el chantaje emocional. ¿Qué le debo yo para sentirme responsable de la intimidad y sentimientos de alguien a quien he visto tres veces? ¿Me autodestruyo saltando con ella al vacío de sus últimos días sabiendo que cargaré para siempre con su pérdida? ¿O sigo mi camino cargando sólo con este sentimiento de culpa, como un nihilista ruso asesinando al zar sin idea de qué hacer después? ¿Hasta siempre o hasta nunca?

No estoy orgulloso de mi decisión, pero realmente valoro tener el control de este aspecto de mi vida. Estoy marcado para siempre por las pérdidas del pasado, por el dolor que sufrí y del que me he repuesto de un modo u otro, pero me impide recrear ese tipo de amor en el futuro, pues me resulta imposible alcanzar de nuevo ese estado de gracia, no porque no pueda existir una persona maravillosa cerca de mí, sino más bien porque yo nunca volveré a ser el mismo, no sé enfrentarme a una nueva relación con ese idealismo, con esa inocencia y confianza espontánea que teníamos cuando el desengaño, la pérdida y la decepción brutal no nos habían golpeado intensamente, penetrando en nosotros, hasta saber que ése no es un sitio para quedarse.

Hay que conocer a nuestro amor en el momento acertado; ni demasiado pronto, ni demasiado tarde... Y es que igual que nosotros lidiamos con nuestro pasado, los demás tienen el suyo y quizá cuando conozca a una determinada mujer ella ya habrá conocido al "amor de su vida" en su pasado y tampoco ella podrá darme lo que quiero o necesito, pues ya lo perdió, y cierta especie de vacío se ha instalado ya en ella, al igual que en mí.

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Un joven de 24 años llamado Orson Welles, con gran éxito en el mundo del teatro y la radio, carga con el peso de la muchas veces considerada mejor película de la Historia, dirigiendo y protagonizando Ciudadano Kane (1941).

Atrevida y provocadora política y socialmente, tanto para su época como para la actual, ya que el personaje de Kane está basado directamente en William Randolph Hearst, dueño del mayor monopolio periodístico de EEUU e inventor de la prensa amarilla: su ansia por vender periódicos era tal que provocó en gran medida la Guerra de Cuba de 1898, su campaña mediática logró convencer a los estadounidenses de la culpabilidad española en el hundimiento del Maine. Al día siguiente de la explosión del Maine los periódicos de Hearst señalaron a España como enemigo sin investigación previa, sólo por sensacionalismo, demostrando que la prensa podía ser el cuarto poder. Gracias a su influencia muchas grandes salas de cine se negaron a emitir Ciudadano Kane.

La película comienza con la muerte de Kane en su monumental palacio. En el instante antes de morir pronuncia una enigmática palabra: Rosebud. Durante la semana siguiente un grupo de reporteros prepara un documental sobre la vida de Kane y, para llegar más allá, se proponen descubrir el significado de Rosebud, pues lo consideran el anhelo más íntimo de un hombre tan poderoso. Para su investigación se entrevista a la gente más cercana al magnate de la prensa, sirviéndose de flashbacks para contar pequeños episodios desfragmentados de sus 75 años de vida. Welles interpreta a Kane desde su juventud hasta su muerte, con un maquillaje que hace creíble el paso del tiempo.

Los diálogos son notables y la última escena, todo lo que Rosebud simboliza, da para escribir páginas y páginas sobre existencialismo, esencia de la felicidad, nostalgia, sencillez VS ambición y aterradora conciencia oculta tras el éxito.

Al ser novato, y gracias a la inusual libertad de creación que le ofreció la RKO, Welles quiso experimentar todos los recursos posibles para rodar una película. Lo consiguió, hasta el punto de que su dirección se convirtió en un gran legado para el estudio de realización cinematográfica. Las claves de su vanguardia formal, prodigio de técnica y narrativa, son:

• Uso del documental dentro de la misma película, rayando y decolorando esa parte del metraje para darle aspecto antiguo.

• Estructura narrativa a base de flashbacks.
  

• Magistral composición de los planos. Utiliza desde planos generales a planos detalle. Welles estaba convencido de que la posición de la cámara debía ser la de mayor incomodidad. Estos originales encuadres obligaron a introducir techos en los decorados, contra la práctica habitual de aquellos años.

• Uso del gran angular, un objetivo que, gracias a su ángulo de visión mayor que el de la visión humana, permite abarcar mayor porción de escena desde distancia corta. A Kane se le suele filmar en contrapicado para revelar su grandiosidad.

• Juegos de perspectivas y profundidad de campo. El objetivo de cámara clásico enfoca sucesivamente diferentes lugares del plano. Welles enfoca al mismo tiempo y con igual nitidez todo el campo visual, otorgando al espectador autonomía para pasear sus ojos por la pantalla.

• Travellings imposibles con espectaculares movimientos de grúa. Se llama travelling a un largo movimiento de cámara que sigue a los personajes durante una misma escena. Ejemplos de travellings modernos: en Uno De Los Nuestros y Expiación.


• Metáforas visuales (la bombilla que parpadea hasta apagarse simboliza a la mujer de Kane).

• Y muchos más aspectos técnicos como los juegos de luces y sombras, el montaje, fundido encadenado (transición de un plano a otro mediante la fusión gradual de ambos), etc.

Todo esto no lo inventó Orson Welles, su mérito es haber sumado y explotado estos recursos que hasta entonces se utilizaban puntualmente.

Hay que destacar también el debut del genial compositor Bernard Herrmann, conocido por la música de muchas grandes obras de Hitchcock, Taxi Driver, el silbido de Kill Bill, etc.

Hoy por hoy, Ciudadano Kane no se encuentra entre mis 100 películas favoritas, pero es justo que esté entre las fundamentales de la historia del cine, da lugar a mucho estudio, análisis y comentario. Volvería a verla ahora mismo, repetidas veces.

Orson Welles estuvo casado con Rita Hayworth, mito erótico de Hollywood gracias a Gilda. Juntos protagonizan otra de sus mejores películas: La Dama De Shanghai. Sus cenizas descansan en Málaga porque era amigo de Antonio Ordóñez (padre de Carmina). Empiezo hablando de prensa amarilla y acabo con la rosa...

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