A principios del siglo XX tuvo lugar una de las carreras más extenuantes y peligrosas de la historia. La carrera por alcanzar el polo sul geográfico de La Tierra.

La carrera fue realizada por dos equipos, el equipo británico liderado por el capitán Robert F. Scott y el equipo noruego liderado por el capitán Roald Amundsen. Ambos se embarcaron en la misma empresa en el invierno de 1911, la empresa de ser los primeros en alcanzar uno de los puntos más distantes del mundo, el Polo Sur.

El equipo de Amundsen llegó a bordo del Fram y comenzó su expedición.

El equipo de Scott llegó a bordo del Terra Nova y comenzó su expedición.

Lo normal sería contar la historia del vencedor, de cómo lo consiguió... pero por una vez no haremos eso, sino lo contrario, hablaremos de los que llegaron en segundo lugar.

El equipo del capitán Scott se embarca en el camino al polo con 17 ponies, 30 perros huskies y 3 vehículos oruga. Al poco de comenzar el viaje, los vehículos se averían y dejan de funcionar. Eso no es lo peor... al poco tiempo, el 10 de diciembre de 1911, los ponies se hunden en el hielo y se les congela la piel, por lo que tienen que sacrificarlos. En este punto, el 3 de enero de 1912, el capitán Scott elige el equipo que le acompañará hasta el polo: Wilson, Oates, Bowers y Evans.

Tras un arduo camino a través de la nieve, el frío y el vasto horizonte, el 16 de enero de 1912, Bowers parece ver en la distancia algo negro... cuando llegan, descubren que es una tienda con una bandera noruega. El 17 de enero llegan al Polo Sur para descubrir que no son los primeros, Amundsen habían conseguido llegar antes.

Tras esta derrota, comenzó el regreso... el terrible regreso.

Comienzan a sufrir los estragos del frío y de la nieve, están derrotados y cansados. Evans siempre está frío, Oates tiene los pies fríos, Wilson y Scott están lesionados... en el camino, se equivocan de dirección y se internan en una inmensa zona de hielo, perdiéndose entre la nieve durante dos días. El 16 de febrero, Evans se agota y sufre un colapso, pero puede continuar caminando. La noche del día siguiente moriría.

El 16 de marzo, Oates es consciente de que no puede continuar, sus piernas se han gangrenado. Intenta convencer a los demás de que le dejen allí, pero estos se niegan. Al ver esto, les dice a sus compañeros que saldrá "...un momento y puede que por un tiempo" fuera de la tienda. Nunca regresó.

El 20 de marzo les sorprende una fuerte tormenta que les impide abandonar la tienda, aun estando a tan sólo 18 kilómetros de un depósito de una tonelada de víveres y combustible. El 29 de marzo, Scott escribió las siguientes palabras:

"Afuera, delante de la puerta de la tienda, todo el paisaje, es una terrible ventisca, resistiremos hasta el final, la muerte ya no puede estar demasiado lejos: es una lástima, pero no creo poder seguir escribiendo. Por el amor de Dios, cuidad de nuestras familias".

El 12 de noviembre de 1912, la expedición de Atkinson encontró la tienda del capitán Scott. En su interior estaban Bowers y Wilson. Scott tenía medio cuerpo fuera de la tienda, como intentando alcanzar a Wilson. Fue el último en morir.

Y esta fue la trágica aventura del equipo inglés del capitán Scott en la expedición para alcanzar el Polo Sur. La hazaña de Amundsen es conocida, pero del capitán Scott pocos se acuerdan. Sus últimas palabras para el pueblo inglés fueron estas:

"Hemos vivido, me gustaría tener una historia que contar sobre la fortaleza, resistencia y valor de mis compañeros que removería el corazón de todos los ingleses. Estas torpes notas y nuestros cuerpos muertos, contarán la historia..."

Puede que no fueran los primeros. Puede que no fueran los vencedores. Pero siempre serán los héroes de La Antártida.

HÉROES DE LA ANTÁRTIDA - MECANO