(...)

-Ey, tenéis pintade ser viajeros de lejanas tierras. Estáis en mitad de una búsqueda ¿no es así?Sois soñadores. Venís desde el mundo de la vigilia.

 -Sí -confirmóWilhelm.

 -Vaya, me alegraencontrarme con soñadores, yo siempre he sentido una gran curiosidad por elmundo de la vigilia. Hasta he descubierto el truco.

 -¿El truco?-preguntó Wilhelm interesado por lo que pudiera decir el hombre.

 -Sí, el truco parapoder vivir allí. Es fácil, símplemente hay que dejar pasar las cosas, serindiferente.

 -¿Ser indiferente?Explícate.

 El camino a travésde la ciudad se estaba haciendo ameno gracias a la conversación, cruzabancalles y se adentraban en Thalarion poco a poco sin  darse cuenta. Lasedificaciones seguían siendo de una espectacularidad que rayaba lo imposible, yseguían siendo altas, muy altas... demasiado para seguir mirando.

 -Hay que serindiferente a las cosas. Simplemente lo que hay que hacer es no ilusionarsedemasiado. Y si es posible no ilusionarse nada. Así, cuando la vida te de elgolpe no será demasiado fuerte, no dolerá tanto. Porque una cosa está clara, elgolpe lo recibirás, tarde o temprano, posiblemente cuando menos te lo esperes.

 Erica ahogó unsuspiro y Wilhelm sintió una mano cogiéndole el corazón.

 -La vida en el mundode la vigilia no es como aquí, allí las cosas son más difíciles, todo cuestamás. La gente es pragmática y materialista y hace bien, ilusionarse poralgo es un error, sólo conlleva al fracaso. Y aún así sufren... sufren mucho.¿Sabéis una cosa? Aquí nunca he oído el llanto de un niño, no es fácilencontrar a alguien que sufra en La Tierra de los Sueños... en cambio allí parece ser todo locontrario.

 -Eso que estásdiciendo es horrible -dijo Wilhelm.

 -Horrible, sí,pero verdad. Te lo he dicho antes ¿por qué tanto ahínco en buscar la verdadcuando no es agradable escucharla ni verla? La verdad es que el mundo de lavigilia es un lugar cruel, que si es posible aplastará tus sueños en el menordescuido. Que destrozará tus ilusiones y las tirará a la papelera y te dejaráahí sin nada más. Seguirá adelante y tú te habrás quedado ahí. A menos quehagas lo que yo he dicho, el truco. Si no te ilusionas por nada, nada te harádaño. Bueno, te lo hará, pero no dolerá tanto.

 -No estoy deacuerdo con eso que estás diciendo -le interrumpió Wilhelm -estás siendo muynegativo y pesimista.

 -¿Negativo? No,sólo realista, que es lo que hay que ser allí, realista. Aquí, en La Tierra de los Sueños puedesser idealista, luchar por utopías, ser un soñador y mantener la ilusión, porqueéste es un mundo de ilusiones, sueños y utopías, pero el mundo de la vigiliano, el mundo de la vigilia es realista. Y lo realista dice que hagas loque hagas, tarde o temprano lo perderás.

 Erica apretó confuerza la mano de Wilhelm y él le devolvió el apretón. Iban avanzando por lascalles de la ciudad sin prestar mucha atención al paisaje o a lo de alrededor.Por la zona que estaban cruzando había algunas esculturas en los pórticos delos edificios, esculturas de fornidos hombres de extraño porte y miradaperdida. Wilhelm se quedó mirando uno en particular que le había llamado laatención, tenía algo que le hacía sentir inquieto, y tuvo que torcer la mirada,por momentos había sentido que la estatua le miraba también.

 -Y lo más triste,amigo soñador e ilusionado, es que gente como vosotros sois los que más sufrísallí. No pertenecéis a ese sitio, vuestra naturaleza es la de los sueños, asíque nada allí os atará firmemente, sólo encontraréis fracasos. Nadie oscomprende ni os entiende, no os podéis sentir a gusto, al menos por muchotiempo. Vuestras ilusiones y sueños son encerrados en cárceles oscuras, y allílanguidecen hasta morir mientras el mundo sigue adelante y no le importa unpimiento, no es su asunto, el mundo es realista, no idealista. Por mucho que lointentéis, allí fracasaréis en todo, no podéis llevar la ilusión a un lugar queno la tiene, que la perdió hace mucho tiempo y que no tiene ninguna intenciónde volver a tenerla, no le interesa, no le sirve para nada. El mundo de la vigiliaes pragmático... y como tal reniega de los sueños.

 Wilhelm tragósaliva sonoramente. Erica le miró con los ojos enrojecidos, se estaban dejandoafectar por las palabras del hombre.

 -Lo siento, amigo,pero no puedo estar de acuerdo con lo que dices. La ilusión es necesaria paravivir...

 -¿Porque si no quépasará? -le interrumpió el hombre -Pasará lo terrible, que verás la verdaderacara del mundo de la vigilia y eso es demasiado insoportable. Pero al menos tútienes una válvula de escape, amigo mío, tú tienes La Tierra de los Sueños...¿pero y la gente que no la tiene? ¿Qué es de ellos? ¿Qué será de ellos?

 Wilhelm cerró laboca y no supo qué contestar a las palabras del hombre. Todo sonaba demasiadoconvincente para poder refutarlo, y eso era lo peor de todo, que sonabademasiado convincente, que sonaba a verdad.

 -Lo sé, la verdad,cuando duele, es dificil de admitir, dificil de aceptar.