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Blog de Big Kahuna (cambiar): Página Principal Entradas Historial Estadísticas |
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¿Quién no conoce la ciudad de la luz? ¿Quién no ha visto sus mayores monumentos hasta el aburrimiento, por medio de fotografías, películas y documentales...? Imagino que todos los que aún no la habéis visitado personalmente, tendréis esa misma sensación que tenía yo. Pensaba que la conocía, que no tenía nada nuevo que aportarme, ya que creía que ya me lo habían mostrado todo, e ir allí, no iba a aportarme mucho más que el haber elegido otros destinos menos comunes e internacionales, destinos con menor repercusión, lugares que su mayor reclamo se basa únicamente en lo éxotico. Pero esa sensación, cambió completamente, al pisar las tierras parisinas.
Historia en estado puro por sus calles, cualquier esquina que doblaba, cualquier edificio que miraba, todo albergaba un pasado increíble e imponente. Llegar hasta el hostal, empleando su viejo metro, me deparó la primera de las cientos de impresiones que tendría en los siguientes 3 días. Nada más salir de la boca del metro, allí estaba, Sacre Coeur, dándonos la bienvenida... Clío: Qué te parece, Carlos? Carlos: ... Clío: Creo entonces, que te gustará este viaje... Archivado en: Entradas, Monumentos, París, Viajes. Entrada 2 de 9
Tras dejar rápidamente nuestro equipaje en esa séptima planta con vistas a los tejados parisinos, decidimos ya marchar tranquilamente, sin las prisas que llevábamos durante todo el día.
El hambre apretaba, sí, pero al poco de iniciar nuestra marcha desde el hostal, nos topamos con algo que me sonaba, y puede que a vosotros también... Sí, él es Big Kahuna, y ella su amante secreta, no se que hacían por allí xD. Por cierto, si os fijáis bien veréis por detrás algo que llaman Moulin Rouge, un lugar bastante desconocido...(Aunque la realidad, es algo distinta) Dejando atrás ese siniestro lugar de vicio, donde mujeres y gorilas nos ofrecían entrar a los locales de sus alrededores (mencionándonos algo sobre intercambiar parejas, supongo que, para jugar al parchís francés), intentamos buscar un lugar donde saciar nuestro apetito. Pero nada, lo único que encontrábamos en esas calles era sexo, sexo y sexo. Bueno, y alguna que otra juguetería también, el Toy's u'ras francés por ejemplo. Aunque sólo vendían muñecas gigantes de plástico y goma, correas de cuero y látigos (sección de mascotas), curiosos disfraces, y sobretodo, gran cantidad de vídeos sobre documentales, experiencias personales y didácticas. Neton, seguro que aquí encontrarías grandes obras de arte. Y por fin, encontramos comida...pero, mondie! Los menús que nos ofrecían estaban formados por una serie de combinaciones mágicas, en las que en unos, sólo había primer plato y postre, en otros primero y segundo, en algunos, sólo segundo y en otros...sólo postres. Desesperación, era la palabra. Desde que bajamos del avión no habíamos comido nada y, por mi parte, empezaba a perder la cordura. Tras varios minutos sin saber dónde estaba, sin reconocer caras, sin notar mi propio aliento, de repente, aparecí sentado en un curioso restaurante francés, con Clío justo delante mía. Y...no estaba sola. Estaba junto a un plato increíble, algo llamado confit au carnac (al salir de allí me entere que tambíen pusieron sopa de cebolla, pero misteriosamente...desapareció ¬¬). Duró diez segundos en la mesa. Lo mejor que había comido en meses, y sin duda, hubiese sido la mejor cena de todo el viaje, si no llega a ser porque tuve la genial idea de pedirme un par de Cocá Colás para acompañarlo...ERROR. Cada bote, 4 euros, la cena triplicó su valor por un simple refresco. Tras salir del restaurante, con sensaciones un tanto contradictorias por culpa de esos malditos botes de refresco, marchamos al hostal...con la primera conclusión del viaje: NO PEDIR REFRESCOS. El agua de París (au de plat o agua del grifo xD) no te la cobran y te la sirven en botella. Es de calidad suprema. Archivado en: Fotos, París, Viajes. Entrada 3 de 9
Tras dormir apenas 5 ó 6 horas, aunque sin notar síntoma alguno de cansancio, me levanté y fuí directo a la ventana de la habitación. Todos los tejados estaban nevados. Cabe apuntar, que la predicción meteorológica que seguimos desde Alicante para los días del viaje, daban muy malas noticias: frío, nieve...y sin sol. Hasta un conocido de Log85 nos auguró días muy complicados en lo que a la climatología se refiere...pero, vaya! Exceptuando las primeras horas de la mañana del 3º día (a una nube le dio por nevar), tuvimos cielos despejados, un sol imponente y temperaturas normales durante todo el viaje.
Salimos del hostal tras cargar energías con un gran desayuno al más puro estilo inglés, para dirigirnos a nuestro primer objetivo: Museo del Louvre. Este Palacio del arte, nos ofrecía alrededor de 35 mil increíbles piezas, de las 300 mil que aún mantienen fuera de exposición. La Venus de Milo, Victoria de Samotracia, las Bodas del Caná de Veronese, la Gioconda (junto a su ejército de japoneses fotógrafos), el código de Hammurabi dentro de las salas de mesopotamia... ...Sin duda, nos quisimos haber quedado mucho más, ya que para para poder disfrutarlo al máximo hay que dedicarle todo un día entero, o puede que varios. Pero París es mucho París, y lo que viene ahora, bien merecía la pena... Archivado en: Fotos, Monumentos, Museos, París, Viajes. Entrada 4 de 9
Dejando atrás los paseos por el Sena, las diversas compras en los puestos de antigüedades junto al río y, cómo no, el primer crepe de nutella y plátano del viaje, pasando por el conocido mercado de flores y pájaros (mi acompañante e historiadora, Clío Candela, me indicó que en este punto de parís nació la propia ciudad), nos encontramos frente a la imponente Notredame.
Este lugar lo disfruté como ningún otro, sobretodo cuando entramos en su interior. No recuerdo si estuve alrededor de 2 horas con la boca abierta, desde que entramos hasta que subimos a su parte más elevada. Una catedral gótica en su máxima expresión, gárgolas que parecían poseer vida propia, de las cuales encontrabas en cualquier rincón. Y sobretodo, lo que más me consiguió impactar, fue que nada más entrar, una sensación de terror y oscuridad nos envolvió a ambos...tal vez, por su BSO propia xD: Lo que no sabíamos, y pude escuchar a un paisano mientras subíamos a la parte más alta, es que ese órgano, Cavaille-Coll, es el máximo honor al que puede aspirar un organista en toda Francia. De ahí entendemos su ímpetu xD. En fin, como para no impresionar, una construcción dada desde el año 1163, manteniendo intacta toda su estructura y que, en la actualidad, dudo mucho que se pueda repetir algo parecido. Lo dicho, me dejó marcado. Archivado en: Catedral, Fotos, Monumentos, Museos, París, Vídeos, Viajes. Entrada 5 de 9
Tras parar a comer en el conocido barrio latino (otra conclusión más xD: nunca sigáis horario español, ya que lo único que os quedará abierto son los kebaps), fuimos directos al Pantheon.
Si alguna vez váis a París, enseguida os daréis cuenta de que todo allí, es a lo grande (excepto los propios franceses). Y el Pantheon, es otro ejemplo más. Monumento histórico desde 1920, encontramos en el interior de su cripta, los féretros de alrededor de 65 personalidades de la historia francesa: Voltaire, Rousseau, Marat, Víctor Hugo, Émile Zola, Jean Jaurés, Jean Moulin, Alejandro Dumas... Fuera de la cripta, en pleno centro del Pantheon, nos encontramos con el famoso Péndulo de Foucault, un experimento que trataba de demostrar la rotación de la Tierra y la existencia de la fuerza de Coriolis. Nosotros no pudimos verlo entero, ya que por lo visto estaban restaurándolo parte por parte. Una vez terminada esta visita, de la cual, mi acompañante salió eufórica, nos encaminamos hacia la visita por excelencia. Pero...no, de repente, mi bella compañera, tuvo una sensación extraña. Salió corriendo sin aviso, e intenté ir tras ella. Pensaba que le había perdido el rastro, pero mi sorpresa fue, que tras observar una majestuosa iglesia con aires de la antigua grecia, vi como su silueta se deslizaba hacia su interior. Acababa de entrar en la iglesia de Saint Sulpice. La encontré junto a unos manuscritos, leyendo en alto una lengua que yo no entendía. Pero pronto lo comprendí todo. Junto a ella, había un objeto pagano, un obelisco gigante que se empleaba para fines astronómicos y puramente científicos. Y dicho obelisco, estaba situado sobre la Línea Rosa, aquella que antiguamente situaba el primer meridiano antes de situarlo en Greenwich. Tras unos minutos observándola, decidió salir de la iglesia y volver a ser ella misma. El espíritu de Robert Langdon le había jugado una mala pasada. Archivado en: Catedral, Fotos, Monumentos, Museos, París, Vídeos, Viajes. Entrada 6 de 9
Ya era de noche, estábamos cansados. Antes de irnos a cenar, decidimos dar un pequeño paseo por un lugar llamado Campos de Marte. Me tapó los ojos, me hizo caminar sin saber donde pisaba, ni hacia donde iba. Y de repente, al liberarme de esa oscuridad momentánea, ahí la tenía, más iluminada que nunca.
Aquí, no puedo decir nada. Tenéis que verlo por vosotros mismos. Y si es con la mejor compañía posible, entonces viviréis lo mismo que yo. ;) Archivado en: Fotos, Monumentos, París, Viajes. Entrada 7 de 9
Y ya entramos en el tramo final de este viaje. A pesar de que el encuentro nocturno con la torre Eiffel fue junto a Notredame, lo mejor de la visita a París, decidimos regresar para esta vez, verla desde otra perspectiva. Desde lo más alto de la torre.
La mañana empezó complicada, primero lluvia, luego agua nieve, y una vez estando ya en Trocadero, comenzó a nevar de forma muy intensa. Era una pasada estar allí bajo la nevada, pero estábamos algo preocupados ya que las vistas desde lo alto de la torre corrían peligro por la poca visibilidad. Pero, llamadlo suerte si queréis, al sacar los tickets para subir, se despejó el cielo completamente y volvió a aparecer el Sol. Las vistas impresionaban, la subida a la torre mediante el ascensor también tenía su punto, y cómo no, es una visita obligada, pero como experiencia personal...para vistas, las que tienes en lo alto de Notredame. La torre Eiffel deja de ser majestuosa cuando estás dentro de ella. Despidiéndonos de la torre, comenzamos a caminar hacia otro punto de grandísimo interés, Montmartre. Es el lugar que nos recibió a lo lejos en nuestra llegada a París, con la basílica de Sacre Coeur como referencia. Una colina repleta de escaleras, con diferentes lugares de descanso durante su ascenso, que te permitían observar la ciudad en la mayor tranquilidad posible. El barrio de Montmartre albergaba la esencia bohemia del siglo XIX, y fue lugar de inspiración para los impresionistas de la época. Te miraban y se acercaban, cada uno con su paleta de colores, ofreciéndose a retratarte. Por algo lo llaman la plaza de los pintores, ya que siempre tienes a varios de ellos detrás mientras transitas por su plaza. Los hay como he dicho, que se ofrecen para retratarte, pero también los hay que esperan junto a sus obras, muchas de ellas de gran valor, y que esperan que cualquier visitante negocie por ellas. Es un barrio muy íntimo, se abraza a cualquier visitante nada más pisarlo. Merecía mucho la pena pasar un día entero por allí, pero como aún teníamos más zonas pendientes, decidimos irnos. Pero con la promesa de volver esa misma noche. Archivado en: Catedral, Fotos, Monumentos, París, Viajes. Entrada 8 de 9
El metro de París, es increíblemente genial. A estas alturas ya nos movíamos como los mismos parisinos. Infinidad de conexiones y todas muy útiles y sin posibilidad de pérdida. Y con esta red subterránea, llegamos a nuestros últimos puntos de visita.
Una avenida de tiendas para gente adinerada, nos dio paso a la conocida Plaza de la Concordia. Antiguo lugar de ocio sangriento para los parisinos, está presidida por un obelisco, el obelisco de Luxor, ofrecido a Francia por parte del valí de Egipto, Mehemet Alí, en 1830. Esta plaza, es la segunda más grande de Francia, tras la Plaza de Quinconces, en Burdeos, y es el comienzo de la avenida los campos elíseos. Mientras caminábamos por esta avenida interminable, con el arco del triunfo al fondo, observábamos antiguos palacios reales y museos a cada lado, reconvertidos para otros menesteres. Tras finalizar el paseo por esta zona tranquila, llegamos a un punto completamente diferente de la avenida, la zona con las tiendas más lujosas y poderosas de toda Francia. Concesionarios con coches oficiales del mundial de rallys para sentarte tranquilamente en ellos, decenas de edificios para la entera disposición de las marcas de moda más conocidas del mundo, centros comerciales gigantescos metidos dentro de los propios edificios,..., era asombroso todo, pero...más lo sería si fuéramos ricos xD. Y allí estaba, terminando la avenida, como un bloque gigantesco caído del cielo. Monumento a la prepotencia francesa. Monumento a la grandiosidad. El Arco del Triunfo, un bloque gigantesco tallado para recibir a los ejércitos del pasado como héroes de la República. Fue mandado a construir por Napoleón, bajo la promesa que le hizo a su ejército: Volveréis a casa bajo arcos triunfales. Y sus cuatro pilares están compuestos por estatuas conmemorativas bajo los lemas: el triunfo, la marsellesa, la resistencia y la paz. Cuando nos dispusimos a subir, nos encontramos con una ceremonia militar bajo el mismo arco. Creemos que era una conmemoración hacia el soldado desconocido, en cuya superficie se podía leer la siguiente inscripción: Aquí yace un soldado francés muerto por la Patria 1914 - 1918. Una vez arriba, pensaba que París no podía sorprenderme más aún, pero estaba equivocado. Las vistas desde lo más alto del Arco eran, otra vez, impresionantes. Allí pude ver, tras conversarlo con mi acompañante, el grandísimo valor, la grandísima historia, que poseen los franceses. Y lo más importante de todo, la capacidad que han tenido y tienen para conservarlo y hacer que aguante durante generaciones. Fue un momento para reflexionar, y es algo que quedará entre ella y yo, ya que ahora quedaría fuera de lugar. Os invito a subir allí arriba, y entenderéis lo que os cuento. Y como promesa que era, volvimos a Montmartre. Por mi parte, estaba un poco cabizbajo, ya que la experiencia había sido brutal y ya estaba llegando a su fin. Tras degustar una deliciosa pizza acompañada de foie de pato, me dije a mi mismo que esta aventura aún no había acabado, por lo que, sin lugar a dudas, volveré a París. Archivado en: Fotos, Monumentos, París, Viajes. Entrada 9 de 9
Y volvimos al hostal.
El cuarto día no tiene mucho que aportaros, ya que fue la mañana en la que nos dispusimos a regresar a casa, aunque el hecho de marcharnos de París para nosotros fue bastante significativo. Fue momento de volver a reflexionar, de recordar lo que habíamos hecho y vivido. Y de, como ya he dicho antes, de prometer que volveríamos. Así que, para terminar este relato sobre mi primer viaje a parís, os dejaré con un vídeo editado por Clío (es muy buena en esto, hay que reconocerlo :p), y con unas pequeñas recomendaciones por si os da por hacer este viaje por vuestra cuenta: - No pidáis refresco con los menús. - El metro, el mejor medio de transporte. - Hay menús oscilando los 6-10 euros, no os dejéis engañar. - Llevad siempre encima el DNI o tarjeta de estudiante, ya que os permiten el acceso gratuíto a las zonas más emblemáticas (Louvre, Notredame, Arco del Triunfo...) - Eau de plat, fundamental en las comidas y cenas xD. - Comer crepes. Y muchos. Hasta que reventéis. - Ir acompañado por la persona más increíble que conoces. viaje a paris enero 2010 Uploaded by cliocandelagallud. - Discover new destinations and travel videos. Espero que os haya gustado leer nuestras experiencias y estéis preparados para mi próxima expedición...: Alemania, con Heidelberg y Estrasburgo como protagonistas. Aurevoir! Archivado en: París, Vídeos, Viajes.
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