Más de una vez lo he comentado, aquí y en otros sitios, y por tanto, quienes más o menos deambuláis en torno a mi existencia, en más de una ocasión habéis oído mis ideas sobre el término disfuncional de la identidad humana.

Dejadme de nuevo exponer un breve resumen:

Si los niveles de progreso en computación en general, y en robótica en particular (tanto en el sentido físico de autonomía, sensores, extremidades articuladas, etc, como en el sentido lógico de la inteligencia e incluso la consciencia artificial) siguen su ritmo actual no pasará mucho tiempo (en escalas históricas) hasta que las soluciones robóticas sean los suficientemente baratas y capaces como para sustituir a los hombres en el 90% de los trabajos posibles.

En cierto sentido, el hombre "dejaría de trabajar", y a excepción de las tareas de pura y estricta abstración intelectual, los robots serán la eterna servidumbre para una generación que jamás deberá mover un dedo.

¿Dónde está el problema?.

El problema está en la transición. La sociedad occidental actual se basa en la creación de valor mediante el trabajo y la disposición de capital líquido para comerciar; generalmente sin muchas más regulaciones que la de prevenir prácticas mafiosas y favorecer la sana competencia teóricamente presumible a un estado de libre mercado. Mucha gente llama a este sistema "capitalismo", pero la realidad es que el capitalismo según su definición original no tiene nada que ver con esto.

Si lo tiene en cambio, con la privatización de recursos naturales y propiedades que inicialmente deberían ser de dominio público, con el objetivo de que un socio capitalista pueda explotarlas y procesarlas. La privatización de recursos de dominio público es una asunción injusta desde su base que se ha hecho en nombre de este sistema, y que realmente no sé si la idea inicial está recogida en él, puesto que se suele hablar de privatización de "medios de producción", lo cual no tiene por qué ser injusto. En cualquier caso ese es el sistema en el que vivimos.

En un mundo sin trabajo, donde todos los medios de producción están robotizados, la humanidad tendrá un serio problema con el sistema actual; dado que los medios de producción son pocos (y cada vez menos) y además globalizados (y cada vez más) toda la producción necesaria de bienes y servicios podría ser privada sin que los humanos puedan competir con su trabajo para crear valor contra las soluciones robóticas, impidiendo así el comercio y matando de facto, a todos los sistemas económicos basados en mercado.

El comunismo a día de hoy es una aberración, pero en un futuro donde todas las capacidades humanas son igual de ineficaces frente a las flotas del accionamiento automático, será el único sistema que funcione. Un mundo donde no hay mercado, simplemente bienes y servicios producidos bastamente por industrias automáticas a repartir, y en el que no habrá que recompensar las mejores ideas, ni el ingenio ni el progreso, porque tales cosas ya nunca vendrán de humano (y un robot suponemos, que no acepta recompensas ^^). No habrá quien merezca más porque no habrá puestos de trabajo, ni clases, ni jerarquías posibles; todos seremos consumidores de la tecnología inducida que cree la propia tecnología.

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¿Por qué cuento ahora todo esto?.

Extrapolando el caso es útil darse cuenta de que para llegar a ese "mundo feliz" es necesario pasar por una transición radical que puede ser traumática, si no desastrosa, y que es capaz de convertir todo el proceso en añicos. Conforme se avance en algunas áreas los humanos irán abandonado esa industria porque ya no serán necesarios, pero sí lo serán en otras que no tendrán sitio para absorber a todos los nuevos parados. El paso del mercado de comercio a la distribución igual a igual es algo muy difícil porque ambos sistemas sencillamente no pueden convivir. ¿Se ilegalizarán los robots para que los humanos tengan que seguir trabajando inútilmente en esas industrias que requieren de una robótica más simple?: suena absurdo, pero es lo más probable (ahora veremos por qué), pero lo grave... es que será inútil, porque la gente protestará por una ley con una naturaleza tan injusta y perjudicial para el desarrollo (salvo aquellos pocos que se beneficien de ella) y porque, en última instancia, alguien en algún sitio del planeta acabará haciendo lo que le salga de los cojones, y nadie podrá competir contra eso.

(***)

¿Y?.

Bueno, no creo que ninguno de nosotros lleguemos a ver el estado final de todo esto, pero sí estamos viviendo, y desde hace algunos años, el principio de esta "batalla".

La industria musical, y luego la del cine, han sido las primeras en las que se han ido eliminando de forma realmente veloz la necesidad de intermediarios y de mano de obra humana para hacer llegar el producto al consumidor. El motor discográfico ya no tiene, sencillamente, sentido. Que un grupo haga llegar su música a todo el mundo es algo automático y trivial gracias a la "robótica" (llamaremos robótica a toda la computación en general por el momento); por tanto, los costes de producción material y distribución han caído enormemente, pero los precios no han bajado (en parte, porque ni siquiera se quiere vender por Internet, sólo luchar (fútilmente) contra él).

De momento, los artistas viven de los conciertos y las discográficas de los royalties de dichos conciertos. A día de hoy son sólo un parásito que se alimenta del artista y no le reporta cosas buenas (y cada vez menos), y no obstante forman un poderoso grupo de presión que titiritea a las administraciones de países y continentes enteros haciendo leyes a medida y promulgando impuestos e subvenciones que perpetúen su innecesario, ineficiente, y futuramente inexistente negocio.

¿Pero qué pasará cuando tras el cine y la música otras industrias empiecen a hacerse rápidas y accesibles?. Ya hay robots que construyen complejos edificios de viviendas (y muy bonitos) en un par de meses sin apenas mano de obra (sólo dos hombres para el cableado eléctrico y algunas cosas de fontanería). Los edificios salían hasta 3 veces más baratos que con medios tradicionales.

En cierto sentido, ya hemos vivido crisis parecidas con por ejemplo la motorización del campo, pero la revolución industrial absorbió a todos esos hijos de campesinos sin problemas. Hoy nos enfrentamos a la automatización de todas las tareas mecánicas y en última instancia, también de las intelectuales.

¿Pensáis que estamos preparados?, no a nivel individual, si no a nivel social: con los lobbies y los dirigentes políticos que tenemos...

Yo diría que no.

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