Nacen amaneceres incendiados de brochazos rojizos
al parecer ya no aparece lo que ayer me satisfizo
apoyado en la farola miro al suelo y les digo
si no sabéis volar no planeéis cielos conmigo
dime, ¿a quién le importa un hada sin alas?
a las alimañas también nos duele que nos pisen
quise buscar un paraíso para eso de ser felices
dicen que lo bueno se acaba y yo acabo de irme
por la puerta grande o de la cabeza, no sé
si despertamos en el mismo recipiente
pero separados como el agua y el aceite

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Os presento mi comedia romántica favorita del siglo XX.


Ninotchka funciona de maravilla tanto en la vertiente romántica como en la cómica y la política, con una dirección, diálogos, interpretaciones y erotismo sutil sobresalientes.

Su director es Ernst Lubitsch, actualmente un completo desconocido para el gran público, pero sin duda uno de los más grandes, de hecho títulos suyos como Ser O No Ser (en la que consigue convertir el nazismo en argumento de comedia en pleno 1941) figuran en el top de Filmaffinity, junto a varias películas de Billy Wilder, que es precisamente guionista de Ninotchka.

Se estrenó en 1939, trata sobre tres agentes del gobierno ruso que viajan a París para vender unas joyas, que habían pertenecido a una duquesa de la época zarista. La duquesa, cómodamente exiliada, encarga al frívolo conde Leon (Melvyn Douglas) que recupere sus joyas y éste, en su propósito, encandila a los tres camaradas comunistas con mujeres y lujos del París capitalista. Ante su inoperancia, Moscú envía a la gélida y férrea Ninotchka (Greta Garbo), que se verá agasajada por el simpático y galán Leon.

Greta Garbo fue de los primeros mitos del cine, de personalidad misteriosa y huraña, se retiró a los 36 años para vivir en el anonimato. Ninotchka se publicitó en su día con el slogan ¡Garbo ríe!, debido a que hasta entonces estaba encasillada en papeles dramáticos. También hay un pequeño papel para la leyenda del cine de terror Béla Lugosi, protagonista de las primeras versiones de Drácula, Satanás, El Cuervo y secuelas de Frankestein. Tuvo mucho éxito pero se volvió adicto a la morfina, después el único que quiso contratarle fue... Ed Wood. Al morir, como indicaba su testamento, fue incinerado con su disfraz de vampiro.

La película es una irónica sátira del totalitario régimen soviético, las encorsetadas justificaciones ideológicas de Ninotchka en su choque cultural son risibles y para alguien ajeno producen rechazo a la severidad del comunismo, pero a la vez muestran su conciencia social; que la propia Ninotchka sea enviada como agente de confianza hubiera sido impensable desde cualquier otro país, ya que, tras la Revolución, la Rusia de Stalin era el único lugar del mundo donde a las mujeres se les pagaba lo mismo que a los hombres por un trabajo similar. En el lado contrario, se retrata un París divertido y superficial, despreocupado ante la II Guerra Mundial que estaba a punto de estallar.

Lubitsch sugiere más con una puerta cerrada que otros directores con una bragueta abierta (Billy Wilder dixit). Es abrumadora su capacidad para plasmar la personalidad de cada personaje en el momento en que se nos presentan, y cómo al final de la película todos habrán evolucionado a una ideología opuesta a la que tenían en principio: los rusos se pasan al otro bando y descubren un mundo nuevo, mientras que el cínico y vividor Leon acaba dando el día libre a su mayordomo y leyendo a Marx. El capitalismo no puede salir perdiendo porque la película está financiada con dinero americano, pero se exponen cosas buenas y malas de ambas ideologías y también hay una mofa puntual del nazismo (Lubitsch y Wilder emigraron de Alemania a EEUU), así que no puede achacarse al guión estar demasiado politizado.

El humor es constante durante todo el metraje, lleno de diálogos chispeantes (¡hay tantas escenas que citar!) e imperecedero 70 años después, llegando a su cumbre en el momento en que, cuando parecía imposible, a todos los espectadores se une la esperada risa de la Garbo, provocando la comunión del público y esta película para siempre.

Nota: 8,8

Dejo una escena en la que Leon cuenta chistes a Ninotchka y le recrimina su falta de sentido del humor, pero es preferible que veáis la peli entera. Los que tenéis miedo a las películas antiguas no sabéis lo que os perdéis! El acorazado Potemkin, Metrópolis, Capitanes intrépidos, La parada de los monstruos, M el vampiro de Düsseldorf, El gran dictador, Casablanca, El jeque blanco, Ikiru, La rubia fenómeno...

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